miércoles, 25 de septiembre de 2013

¿MÁS INTELIGENTES QUE NOSOTROS?



Dentro de la discusión sobre los Índigo, otros fenómenos están ocurriendo. Todos los padres quieren pensar que su niño es más inteligente de lo normal. Los informes actuales confirman que así es. Así que ¡no se vuelva loca mamá! La norma parece que ha cambiado, presentando un nuevo paradigma en la evaluación de los niños.

¿Siente usted que su niño es realmente más inteligente de lo que usted fue o de lo que fueron los otros niños que usted crió?

Puede ser que la condición de "inteligente" se haya diagnosticado como problema en el pasado, cuando en realidad es una ventaja.

¿Podrían los "inteligentes" estar causando disfunción? ¿Cómo lo sabe? ¿No están las escuelas preparadas para los niños inteligentes? (puedo apostar que instintivamente, usted así lo piensa)

¿Son los Niños Índigo más inteligentes que la mayoría de nosotros, sus padres, lo fuimos a su edad? ¿Es por eso que los Niños Índigo o como quiera llamarlos, vienen con una nueva inteligencia y sabiduría?

Existe evidencia de que los niños de hoy están mentalmente mejor equipados y que las escuelas no están preparadas para recibirlos

Es muy común escuchar los lamentos de que las habilidades educativas de los niños están declinando y que las escuelas están fracasando en preparar a estos niños para afrontar las situaciones críticas de la vida. Por otra parte, expertos en psicometría han descubierto una curiosa tendencia que contradice los lamentos.

Los puntajes de Cl (cociente intelectual) han mostrado un alza sorprendente en los últimos 50 años y los puntajes entre estudiantes blancos y estudiantes de las minorías raciales están convergiendo.

Para discutir los atributos del Cl en relación con la inteligencia del niño Índigo, tenemos a la Dra. Doreen Virtue, quien además de su gran interés por los niños es una renombrada escritora, autora de los libros "The Lightworker's way" y "Divine Guidance".

Sus profundos estudios científicos combinados con un pensamiento metafísico, le han merecido el reconocimiento de varias revistas nacionales.
 


¿UN REGALO O UN PROBLEMA? 
por Doreen Virtue, Ph.D.

Sabemos que los niños índigo nacen trayendo bajo su manga los dones divinos. La mayoría de ellos son filósofos por naturaleza que piensan sobre el significado de la vida y cómo salvar al planeta. Ellos son inherentemente científicos, inventores y artistas pero NUESTRA SOCIEDAD CONSTRUIDA CON LA VIEJA ENERGÍA, ESTÁ REPRIMIENDO LOS DONES NATURALES DE LOS NIÑOS ÍNDIGO.

La Fundación Nacional para los niños dotados y creativos es una organización sin ánimo de lucro, no sectaria, cuya misión es ayudar a estos preciosos niños. De acuerdo con los líderes de esta organización, ellos creen que MUCHOS NIÑOS DOTADOS SON DIAGNOSTICADOS ERRÓNEAMENTE COMO NIÑOS CON "DIFICULTADES DE APRENDIZAJE" Y ESTÁN SIENDO DESTRUIDOS POR EL SISTEMA EDUCATIVO PÚBLICO CONVENCIONAL.

A muchos de estos niños dotados los están clasificando como niños con desórdenes de deficiencia de atención (ADD) y muchos padres no se dan cuenta de que su hijo puede ser un niño potencialmente dotado.

LAS SIGUIENTES CARACTERÍSTICAS LE PUEDEN AYUDAR A IDENTIFICAR A UN NIÑO DOTADO:
  • Tiene gran sensibilidad
  • Tiene energía en exceso
  • Se aburre fácilmente, mostrando períodos muy cortos de atención
  • Necesita adultos emocionalmente estables y seguros a su alrededor
  • Puede resistirse a la autoridad si ésta no está democráticamente orientada
  • Prefiere otras formas de aprender - la lectura y las matemáticas particularmente
  • Puede frustrarse fácilmente porque tiene grandes ideas pero pocos recursos o personas dispuestas a ayudarle a realizarlas
  • Aprende fácilmente a un nivel exploratorio y se resiste a aprender de memoria o escuchando solamente
  • No dura mucho tiempo sentado a menos que esté absorto en un tema de su interés
  • Es muy compasivo y tiene muchos temores como a la muerte y a la pérdida de sus seres queridos
  • Si experimenta fracasos a edad muy temprana, pueden llegar a desarrollar bloqueos de aprendizaje permanentes
Kathy McCIoskey P.h.D, es otra de nuestros 4 científicos consejeros en este libro sobre los Niños Índigo, con una gran experiencia y con historias de casos, su contribución es altamente apreciada.

 

LOS PODEROSOS NIÑOS NUEVOS
por Kathy McCIoskey, P.h.D.

Durante el último año he realizado pruebas sociológicas en el centro de atención mental de mi comunidad con tres niños, quienes claramente son Niños índigo. Los tres me fueron remitidos por un psicólogo infantil, confundido por los informes de sus padres y profesores sobre la conducta y problemas de atención de los niños; mientras que en su consultorio los niños no mostraban estos síntomas. Los adultos afirmaban que estaban "fuera de control", bien fuera en la casa, en la escuela o en las dos.

Si bien la sicóloga trataba a sus pequeños clientes con amor y respeto, se rehusó tomar en cuenta estos informes y prefirió solicitar una prueba formal.

La primera paciente que me remitió fue una adolescente de 14 años, quien había tomado el carro de sus padres sin su permiso y sin tener licencia se dirigió a un centro comercial de aquellos que abren las 24 horas. La chica había repetido un año escolar debido a su bajo desempeño académico. Además, sus profesores y compañeros de clase la habían apartado debido a su acelerado desarrollo físico y a su peculiar estilo de hacer chanzas permanentemente. La chica no dejaba a sus padres ganar en una discusión y ellos estaban a punto de volverse locos.

En las pruebas de C.l. (Cociente Intelectual), la niña sacó 129 puntos de habilidades verbales y 112 en habilidades visuales - espaciales (69 y por debajo es deficiente y 70-79 es el límite de deficiente, 80-89 es promedio bajo y 90-109 es el promedio normal; 110-119 es promedio alto y 120-129 es superior y 130 en adelante es muy superior).

La niña sacó un puntaje superior en habilidades verbales para un rango de conocimiento basado en el aprendizaje escolar y los resultados promedio que obtuvo estuvieron basados en su edad y su grado escolar.

En otras palabras, la niña no mostraba áreas de deficiencia, por el contrario, su promedio era superior a otros niños de su misma edad, en habilidades cognoscitivas basadas en el conocimiento escolar. Sin embargo, ella había perdido un año escolar. ¿Qué había pasado aquí? Esta jovencita estaba siendo tratado con Retalina y Cylert, sin ningún éxito (estas drogas son las más recetadas en casos de desórdenes de la atención).

Sus padres decían que ella siempre había "sido así" y que todo lo que se le había recetado no "funcionaba". Sin embargo, cuando hablé con ella, era evidente que estaba actuando como un adulto inteligente, su cara y sus ojos así lo revelaban. Ella parecía, para expresarlo en forma más familiar, UN ALMA VIEJA Y SABIA. El problema era que nadie más que ella podía reconocerlo.

Amanda, su nueva sicóloga consejera y yo, a través de muchas pruebas y entrevistas clínicas, pudimos verlo claramente. Así, la joven, gracias a una adecuada intervención de sus padres, se encuentra ahora en un colegio especia! de aprendizaje individual, lo que no fue fácil. Sus padres tuvieron que solicitar una beca para esta costosa pero muy efectiva institución. La niña logró entrar y le está yendo excepcionalmente bien. Sus padres, comprendieron cuán especial era ella. Lo tomaron en serio y ahora tratan a su hija como alguien muy especial, como la niña índigo que es.

El segundo niño que me remitieron era un chico afro-americano de 9 años quien había sido adoptado tres años antes por una pareja afro-americana. Ambos padres informaron que su hijo era "hiperactivo" porque nunca se quedaba sentado, se movía continuamente y recientemente sus profesores les habían reportado un comportamiento indisciplinado en la escuela, como contestar a la loca, molestar a sus compañeros, pararse en el asiento sin permiso, etc., etc.

Sus padres estaban preocupados de que ese comportamiento pudiera ser el comienzo de un desequilibrio físico debido a la drogadicción de su padre biológico.

También se preguntaban si el comportamiento del niño pudiera ser el resultado de la inestabilidad hogareña que había tenido que enfrentar el niño en sus primeros años, cuando había entrado y salido de orfelinatos y escuelas durante casi toda su vida. Los profesores les recomendaron tratarlo con las medicinas para la hiperactividad, pero los padres quisieron primero saber a ciencia cierta qué era lo que estaba sucediendo, antes de someter al niño a tan drástico tratamiento.

No obstante, los resultados de la prueba de C.l. (cociente intelectual) de este pequeño joven, mostraron niveles altos (116 y 110) en sus habilidades verbales y de desarrollo, estos resultados no llegaban a los rangos de clasificación de los dotados, sin embargo, en dos sub-pruebas sobre conocimiento de las normas sociales y habilidades cognoscitivas abstractas, el niño sacó un puntaje considerado de niveles superiores.

La evaluación de su desempeño escolar básico mostraba un rango bastante alto en todas las materias, lo que sugería que realmente era un chico exitoso. Supuse entonces que los resultados de su desempeño escolar eran una medida más acertada de sus habilidades presentes, mucho más que los resultados de su CI. Esto sucede a veces con niños verdaderamente dotados que han vivido en ambientes caóticos y llenos de carencias como era el caso de este jovencito. Es muy probable que las dos sub-pruebas del C.I. fueran más representativas de sus habilidades y potencial actuales.

Nuevamente se marcaba a un niño con el sello de "desórdenes de la atención" (ADHD) cuando en realidad y en este preciso caso, el puntaje, de desempeño estaba por encima del promedio. Y de nuevo el problema real era que nadie en la escuela lo había notado. Era obvio que el niño interactuaba a un nivel de adulto muy inteligente, y su cara y sus ojos así lo proyectaban. Él parecía "un alma vieja y sabia".

Sin embargo, ¿Qué se podría hacer con el exceso de energía que el niño poseía?. Sus padres le estaban proveyendo de una estructura familiar, con normas y expectativas (que el mismo niño estaba contribuyendo a crear). Le permitían al niño eliminar esa energía física (expresándose físicamente, repitiendo cosas en voz alta, dando volteretas y saltando sobre un sólo pie mientras memorizaba, contando historias, etc.) Los padres acordaron transmitir estos consejos a los profesores y pasamos algún tiempo tratando de pensar la forma de decírselo, para que no fueran a pensar que se les estaba diciendo cómo tenían que enseñar.

El tercer y último caso que me remitieron fue un chico afro-americano de 8 años que lucía mucho más niño para su edad. El niño vivía con su madre biológica, su padrastro y un hermanito de 18 meses. El niño fue llevado a consulta por su madre, después de que había sido llevado a casa dos veces por la policía, después de escapar del colegio y queriendo llegar por su cuenta donde su madre. También le había dicho a la mamá que quería morir y que pronto se suicidaría, y cuando se le preguntaba qué planeaba hacer, él solo atinaba a mover su cabeza mirando al suelo fijamente.

Este pequeño hombre, junto con su hermanito, realmente me conmovieron. De alguna manera sentía que mis dos experiencias anteriores, con Niños Índigo dotados, me habían preparado para atender a estos dos niños ahora sentados en mi consultorio.

El niño de 8 años calmadamente me miró a los ojos diciéndome que la vida no valía la pena vivirla si su madre no podía demostrarle cuánto lo amaba. El chico me dijo que era una lástima que él tuviera que estar aquí. Su pequeño hermano tenía la misma expresión de adulto en su rostro y en sus ojos y aunque era relativamente precoz en su lenguaje, el sólo ladeó su cabeza mirándome fijamente, podría jurar sobre una estantería llena de Biblias, que este niño me estaba diciendo a través de su actitud que no fuera a revelar sus secretos. ¡Vaya!

De acuerdo con su madre, el niño mayor con frecuencia cuidaba de su hermanito sin que nadie se lo pidiera y parecía saber qué hacer sin que nadie antes le hubiera enseñado. Sin embargo, aparte de esta amable actitud, el niño era "el terror". Decía su madre que desde el preescolar el niño era físicamente "hiperactivo" siempre respondiendo de mala manera y siempre queriendo hacer las cosas a su manera.

También era manipulador, como si supiera cómo las personas querían que las percibieran y entonces, él seguía su juego. Dos años antes, la madre lo había llevado a un terapeuta pero no continuó cuando vio algo de mejoría en el niño. Ahora, nada parecía hacer que el niño se comportara y ella definitivamente quería iniciar el tratamiento con Retalina.

La madre informó que el niño mayor creía que nadie lo amaba, aunque ella lo amaba profundamente. Ella confesó que cuidar a su hijo pequeño le tomaba todo su tiempo y que su esposo no colaboraba mucho con el cuidado del niño. Además de esto, se habían mudado de casa y escuela por lo menos una vez al año en los últimos 4 años, por razones del trabajo de su esposo. La madre no permanecía en casa ya que por necesidades económicas ella tenía que trabajar. Ella quería que su esposo tomara parte activa en la crianza de los dos niños, sobre todo porque el niño mayor echaba de menos a su verdadero padre, quien durante los últimos años había estado entrando y saliendo de la cárcel sin tener ningún contacto con el niño.

Este pequeño de 8 años obtuvo un resultado de niño dotado de 130 en la evaluación de su C.I. en todas las pruebas de habilidad, y sólo sacó un puntaje promedio en las pruebas de escolaridad en el área de escritura (las otras pruebas estuvieron por encima de los resultados superiores). Su aprendizaje escolar había sido muy problemático en los últimos años, sus profesores y su madre notaban que el niño no prestaba ninguna atención ni en la escuela ni en la casa y por supuesto él no era ciertamente el estudiante/hijo ideal. No obstante, los resultados de las pruebas de C.l. mostraban resultados que sólo aparecían una vez entre 10,000 niños de su misma edad.

La primera vez que entrevisté al niño, pude sentir lo que tanto sus profesores como sus padres sentían cuando tenían que relacionarse con él. El niño entró al consultorio y comenzó a abrir todos los cajones, cogiendo y examinando todo lo que veía a pesar de mis repetidas solicitudes de que se sentara.

Conteniéndome, me dirigí a él calmadamente y tratándolo como un adulto le dije que me sentía muy herida de tener a alguien en mi consultorio tomando mis cosas sin mi permiso. Le dije que me sentía como si yo no le gustara y como si él no me respetara. Le pregunté si a él le había ocurrido que alguien tomara sus cosas sin su permiso y me relató dos situaciones, una vez en la escuela y otra vez en su casa. Entonces el niño se disculpó, yo acepté su disculpa y nos estrechamos la mano como buenos amigos.

A partir de ese momento y durante mi interacción con él, nunca más volvió a comportarse en forma inapropiada. Siempre estuvo atento, amable, y trabajó duro durante las pruebas. La palabra clave con este joven caballero fue respeto. No obstante, nadie parecía reconocer quien era él realmente.

Al momento de escribir estas líneas, (la terapeuta y yo), estamos tratando de encontrar la manera más adecuada de presentar los resultados de las pruebas a sus padres, pues no queremos que ellos se sientan culpables por los problemas del niño y sabemos la gran presión por la que está pasando su madre.

Pero son sus padres quienes deben cambiar su medio ambiente para poder ayudarlo a sobrellevar las limitaciones diarias y sus expectativas.


RESUMIENDO, HAY DOS MANERAS DE IDENTIFICAR LOS NIÑOS ÍNDIGO:
  1. 1. Si el niño índigo ha sido identificado como "niño problema", es importante hacer la prueba de C.l. (cociente intelectual)
    1. Aunque los resultados de las pruebas en todos los Niños índigo no necesariamente muestran resultados de niños "dotados", la mayoría de ellos exhiben por lo menos un área de su C.l. con un promedio superior.
    2. El desempeño escolar básico frecuentemente está dentro del promedio.
       
  2. Si un niño es diagnosticado con el síndrome de desórdenes de la atención (ADHD), existe una alta probabilidad de que se trate de un niño Índigo. Busca los comportamientos desorganizados que los otros confunden con desórdenes de la atención (DHD).
Los Niños índigo siempre son considerados como hiperactivos, problemáticos, que no les gusta escuchar, porque los sistemas tradicionales, como las órdenes directas, no funcionan con ellos.

Trabajar con Niños Índigo es como trabajar con nosotros mismos. Las lecciones que ellos enseñan son obvias; yo he sido una sicóloga "oficial" interactuando con estos niños y me he complacido en poder usar la fuerza de mi "experiencia" para propender por los cambios adecuados. Sin embargo, necesitamos más gente como Amanda, quien reconoce que las cosas no son como parecen con estos niños. Me siento privilegiada de haber ayudado a Amanda con estos tres niños y siento gran respeto por estos niños poderosos.

Comentarios de los profesores y los autores:
  • La mayoría de las personas que conocemos que están trabajando con niños, lo están haciendo en las trincheras. Ellos son maestros con décadas de experiencia trabajando con niños, y nos cuentan lo asombroso que es ver día a día los cambios que se están produciendo.
     
  • A los padres, nosotros queremos decirles que sí hay esperanza. Muchos de los profesores que están a cargo de sus hijos, están conscientes de los cambios. La pared que usted tiene que ayudar a romper en el sistema educativo es el sistema mismo, no necesariamente la gente que está dentro de él. Estos profesionales no pueden decirle a usted directamente esto, pero cuando usted sale de sus oficinas, la frustración puede verse en sus rostros.
     
  • Ellos saben lo que usted les está diciendo pero no tienen un modelo sobre el cual poder trabajar y no pueden hacer nada al respecto.
En el Capitulo 2, le daremos más información acerca de lo que usted, desde su casa, puede hacer por la educación. Pero ahora, queremos presentarle a Debra Hegerle, una profesora asistente de California. Ella es una de aquellos que están trabajando en la trinchera. Escuchen las sabias palabras de esta profesora. Ella no estudia los Índigo, ella vive con ellos diariamente.

Como muchos de ustedes, ella también tiene un Índigo en casa. 

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